domingo, 12 de febrero de 2012

Nuevo supercontinente del futuro: Amasia

Sabemos que los continentes no son inamovibles como alguna vez se pensó, tenemos claro que reposan sobre una o varias placas tectónicas y que estas placas se desplazan a través de la corteza. Sabemos además que los continentes "flotan" sobre el manto debido a que están compuestos (al menos en sus núcleos) de granito, una roca menos densa que la que usualmente forma los suelos oceánicos, el basalto. Existen 14 placas principales, las cuales abarcan en ocasiones más de un continente o la mitad de un continente. Estas placas se mueven a razón de unos 3cm anuales en promedio y en el pasado de la tierra la han configurado de tal forma que si viésemos nuestro planeta en el pasado seguramente no lo reconoceríamos. Finalmente, sabemos que planetas como Marte y Venus, así como la luna de Júpiter Europa tenían placas pero eventualmente su sistema motriz dejó de funcionar.

Figura 1. Placas tectónicas en la actualidad.

Otras cuestiones importantes a tratar cuando se habla de estas placas es que estas configuran la forma en la que la vida asociada a las mismas y el clima evolucionan. Tenemos ejemplos claros de qué sucede cuando todas las placas están juntas (baja diversidad biótica  y gigantescos desiertos internos) o cuando estas se disgregan demasiado (grupos faunicos endémicos y continentes enteros sumidos en una era de hielo permanente). Existen libros completos acerca de cómo es que las placas son importantes para la vida y el clima en la tierra.

Figura 2. Arriba, izquierda: Supercontinente Pangea hace 240Ma. Abajo, derecha: máxima fragmentación de los continentes durante el Fanerozoico, hace 90Ma.

Las placas se mueven, se han movido mucho desde hace millones y millones de años y ahora pudiera parecer que están estáticas pero esto no es así, como dije anteriormente, las placas se mueven aproximadamente 3cm al año y este movimiento produce sismos y actividad volcánica importante en los puntos de presión que se distribuyen a lo largo de las placas en colisión. Ahora bien, si movemos el video de la actividad de las placas algunos millones de años en el futuro terminaremos con una tierra irreconocible, tal y como lo fue hace algunos millones más.


Figura 3. Desplazamiento de las placas tectónicas desde hace 600 millones de años a la fecha (HACER CLIC PARA VER ANIMACIÓN).


Si bien se ha especulado mucho acerca de qué tanto se moverían las placas, no había existido un trabajo donde se hiciera una proyección acerca del qué tanto en términos concretos y utilizando información de dos campos diversos. Esto hasta principios de este año, en el que el Dr. Ross Mitchell y su equipo, de la Universidad de Yale publicaron un estudio donde por medio del estudio del paleomagnetismo y  la dinámica del manto de la tierra, lograron estimar las posiciones continentales en un panorama de 90 a 200 millones de años en el futuro.

Figura 4. El Dr. Ross Nelson Mitchell, autor principal de este estudio.

Anteriormente, se habían hecho proyecciones con dos modelos de ciclo supercontinental (cada cuándo se forma un supercontinente), ambas proyecciones coincidían con la formación de un nuevo supercontinente llamado Amasia; en lo que no concordaban era en la posición geográfica de formación del mismo y en las posiciones de los antiguos supercontinentes. El primer modelo, llamado de introversión, estimaba la posición de Amasia en donde hoy el el este del océano Atlántico; el segundo modelo es llamado de extroversión y lo posicionaba en el oeste del pacífico; lo nuevo de este artículo es que además de ser más preciso estima la posición de Amasia en lo que hoy es el Océano Ártico.

Figura 5. Hipótesis del ciclo de los supercontinentes. Modificado de Mitchell et al. 2012.

Amasia no es el primer supercontinente de gran extensión conocido, ni el último que se formará pues este acabará por fragmentarse tal y como lo hicieron sus predecesores: Pangea de hace 220 millones de años y Rodinia de hace 750 millones de años.

Figura 6. Rodinia y Pangea. Modificado de http://www.uwgb.edu.

Otro de los aportes novedosos de este trabajo es que cambia la posición de Rodinia, antes se pensaba que este supercontinente se había formado en lo que hoy es el este del Atlántico, pero ahora sabemos que en realidad se posicionaba en el oeste del Pacífico, cerca de la actual Australia (véase figura 5).

Figura 7. Amasia en una representación artística.

Sin duda, aportes como este nos enseñarán más sobre el pasado de la vida en al tierra así como sobre el futuro de la misma y de los patrones climáticos en el tiempo profundo. Esperemos que trabajos así de importantes sigan surgiendo conforme pasa el tiempo.


Literatura recomendada:

Mitchell, R. N., T. M. Kilian y D. A. D. Evans. 2012. Supercontinent cycles and the calculation of absolute paleolongitude in deep time. Nature. 482(7384):208-11.

Kious, W. J. y R. I. Tilling. 1996. This Dynamic Earth: The Story of Plate Tectonics. DIANE Publishing. 77pp.